La Casa

Después de una calma llena de luz, colores y música, de repente sin previo aviso y sin ninguna previsión, llegó una tormenta huracanada que fue capaz de derribar los pilares de la casa que arreglamos después de la primera tormenta y donde simplemente parecía que había alguna grieta.
La tormenta llegó y sus consecuencias perduran y no se ve el final. Las predicciones no tienen sentido y la desesperanza se instaura en los habitantes de la casa. Hay que empezar a pensar en la reconstrucción pero el miedo y la paralización hacen que no recordemos ni cómo fuimos capaces de salir de la anterior tormenta, simplemente lo único que nos anima es saber que encontramos gente en aquella ocasión que nos ayudó a levantar la casa que se había derrumbado. Nos ponemos en contacto con ellos y parece que tienen que buscar los planos. Con esta información, la respiración vuelve, la esperanza y la ilusión. La paleta de colores se va incrementando pero tan sólo vemos tonos pasteles, los colores vivos se olvidan.
Con paciencia, ayuda y conocimiento, vamos recuperando las fuerzas para afrontar la reconstrucción y poco a poco vamos viendo un rayo de luz que significa que se acerca el sol que volverá a secar los cimientos de esta nueva casa.
Con un poco de ayuda y tiempo, el jardín volverá a llenarse de flores de colores vivos y la música se volverá a escuchar en cada rincón de esta nueva casa, porque sus habitantes quieren volver a sonreír y jugar y llenar la casa de palabras y vida. Gracias a todos los que nos ayudáis a reconstruir nuestra casa después de cada tormenta.

Iliana Capllonch Cerdà

21 de Marzo de 2013.

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