Entrades

S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: febrer, 2015

UN DÍA EN UNA PLANTA PEDIÁTRICA DE HOSPITAL

Son las siete de la mañana, empieza la actividad diaria de la planta. Se abre la puerta de la habitación, le ponen la mediación a mi hija, se cierra la puerta. Entran otra vez, le miran la temperatura. La enfermera y la auxiliar nos saludan amigablemente. Oímos las voces de las enfermeras que acaban el turno y explican la situación de cada paciente a las enfermeras que se incorporan. Hay buen ambiente, se siente el compañerismo que existe entre ellos, la responsabilidad de lo que hacen, tratan a muchos niños con enfermedades distintas y son los responsables de aplicar correctamente los tratamientos. Son las ocho y media y nos traen el desayuno de mi hija. La auxiliar entra con una sonrisa y nos da los buenos días. Son las nueve, está a punto de llegar el traumatólogo con sus residentes. Nos hemos arreglado un poco y esperamos a ver qué nos dice sobre la evolución de la herida. Entran saludando, dirigiéndose a mi hija por su nombre cariñosamente y le preguntan cómo está

ESTANCIA HOSPITALARIA PARA UN ADOLESCENTE

Ya llevamos seis días de ingreso hospitalario en Son Espases con mi hija de catorce años, debido a una infección en la zona donde hace diecisiete días que la intervinieron y la verdad es que a pesar de la positividad que podamos tener, a veces hay factores externos que son difíciles de superar. Tenemos la gran suerte de tener unos pediatras estupendos, unas enfermeras y enfermeros maravillosos, que nos cuidan, nos informan y nos miman; una aula hospitalaria donde ir a estudiar un poco o una sala de juegos que la llevan voluntarios de Cruz Roja; pero los fines de semana hospitalizados te sientes como un ave silvestre cerrado en una jaula y privado de la libertad repentinamente. No hay nadie en los pasillos, no hay actividad, las aulas están cerradas, incluso las cafeterías están cerradas los domingos. El ambiente es cerrado y cuesta mucho pasar el tiempo. Los minutos se eternizan y ni siquiera la televisión es capaz de entretener y cambiar el tiempo enrarecido. Te das cuenta

CULPABILIDAD DAÑINA

Me apena leer artículos donde padres de niños con enfermedades crónicas se sienten “culpables” de la enfermedad que han podido transmitir a sus hijos, porque me recuerdan a mí misma. No lo he sentido una vez, sino dos veces, esa sensación de desánimo, miedo, impotencia, culpa cuando diagnosticaron las enfermedades a mis hijas: “¿por qué a mi hijo?, ¿qué he hecho mal? ¿por qué no a mí?” y un sinfín de preguntas sin sentido ni respuesta que lo único que hacen es hacerte perder el control, entrar en una situación de pesimismo y no poder ver más allá de lo que alcanza ver tu mirada. Pero mi gran amiga Lucía Lacruz, pediatra de una de mis hijas, me enseñó que nadie tiene la culpa de estas situaciones, que son producto del caprichoso destino y del azar, que perdemos el tiempo buscando una respuesta. Hay que intentar aceptar la situación que tenemos, que no es nada fácil, a veces con ayuda externa, a veces cogiendo tiempo para nosotros mismos, reflexionar y buscar la mejor manera de

RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Desde siempre me han gustado las personas, de cualquier edad y de cualquier lugar; los niños porque son maestros de la vida, los mayores porque son auténticos héroes. Todas las personas aportan algo distinto y nos van enriqueciendo nuestra propia vida a través de sus palabras, sus hechos, sus gestos, sus miradas. Recuerdo una de las historias que me contó mi abuelo, que tanto me enseñó y que precisamente ahora, en este momento de mi vida, después de tantos años sin su presencia física, medito sus enseñanzas y palabras que hacen que le mantenga vivo. Me decía que si al regresar de pescar veía a una persona que tenía hambre, no le diera el pescado porque calmaría su hambre en ese momento concreto, sino que le diera herramientas para poder pescar, enseñarle cómo hacerlo, para que cuando tuviera hambre pudiera conseguirlo por sus propios medios. Esta pequeña historia trasladada a nuestra sociedad como ciudadanos me lleva a reflexiones en terrenos que yo misma me he encontrado.