PRIMERA SEMANA DE CONFINAMIENTO COVID-19
Hoy hace una semana que no salgo de casa, como mucha gente.
En el trabajo hicimos una reunión y debido a mi situación
familiar me facilitaron el teletrabajo al igual que a mi marido.
Una semana extraña, donde no han parado de llegar whatsapps
con vídeos, consejos, información variada; algunos de personas con las que no
sueles hablar que preguntan por tu situación personal y familiar; grupos que
suelen ser inactivos de repente se activan; videollamadas con amigos y familia;
y gracias a los whatsapps y sus cadenas, de repente empieza un movimiento muy
bonito, salir a los balcones a las 20 hrs de la tarde para aplaudir a los
sanitarios que lo están dando todo para frenar la curva de crecimiento de
COVID-19, algo que va creciendo día a día y se convierte en un hábito familiar.
Demasiada información de todas partes, televisión, prensa,
redes sociales, radio, whatsapps, blogs, que nos bombardea y a veces traiciona
nuestro pensamiento. La incertidumbre sobre lo que está pasando y de las
consecuencias que va a acarrear la situación, nos contagia un estado de
nerviosismo y negatividad que provoca ratos de tensión familiar, por lo que me
comentan amigos, sucede en todos los hogares.
Trabajo en el Colegio Oficial de Enfermería de Baleares y el
pasado lunes se hizo un llamamiento a enfermeras para que indicaran su
disponibilidad en caso de que se necesitaran por la situación que se acerca y
hubo una avalancha de correos de profesionales queriendo aportar su granito de
arena a esta situación sin precedentes. Una semana de trabajo intenso
intentando adaptarme al teletrabajo y el contacto con mis compañeras que acuden
a la oficina para responder telefónica y telemáticamente, y las otras que hacen
teletrabajo, a través del whatsapp actualizándonos constantemente debido a las
preguntas que van surgiendo y la respuesta que debemos dar. Una semana distinta
a todos los niveles, pero que quizás por llevar el correo corporativo del
trabajo y leer tantos correos de personas que quieren ayudar a los demás “en lo
que haga falta” como dicen todos, me emociona y hace que tenga que parar de
emoción. Por ello todavía admiro más a todas las personas que han querido
dedicar su vida a la sanidad.
Me consta que el Colegio Oficial de Médicos también hizo un llamamiento que tuvo tanto éxito como el de las enfermeras.
Durante estos días, aparte de las horas dedicadas al
trabajo, queda mucho tiempo para dedicarlo a la familia con la que convives, a
hacer llamadas, a leer, a limpiar y a pensar.
Pienso en todas las personas que cada día acuden a trabajar
con el miedo a contagiarse y ser un peligro para los suyos cuando vuelva a casa,
en las personas que viven solas, en los políticos que deben tomar decisiones
complicadas con miedo a que no sean las adecuadas, en las familias que tienen niños
pequeños que no comprenden lo que está pasando, en las personas que están
ingresadas en residencias y hospitales de antes del confinamiento y que ahora
no pueden recibir visitas, en las personas voluntarias que surgen para ayudar a
los demás y las iniciativas solidarias que van surgiendo instantáneamente. En los equipos de comunicación de hospitales, entidades como la que yo trabajo, de departamentos de sanidad, que trabajan duramente para proporcionar información de calidad.
Quiero dirigir unas palabras a las personas que me leen:
GRACIAS POR HACERLO, gracias por formar parte de mi vida, gracias por ayudar a
los demás, gracias por sacar lo mejor de cada uno en esta dura situación de la
que quiero pensar que saldremos pronto más fortalecidos como sociedad. Ánimo
para superar esta situación. Juntos podremos.
Para ver información verificada sobre el COVID-19, podéis mirar en la web del Colegio Oficial de Enfermería de Baleares donde mis compañeras de comunicación trabajan duro para mantenerla al día
Iliana
Capllonch Cerdà
Palma,
20 de marzo de 2020
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