DESPUÉS DE LA TORMENTA LLEGA LA CALMA
Hace un año caí en una terrible depresión, se me juntaron muchos factores y
finalmente caí.
No se puede atribuir a un trabajo, a una circunstancia en concreto, sino
que la acumulación y el no soltar poco a poco, hace que las caídas sean más
leves o más graves. Ya escuché en una ocasión “lo que no lloran los ojos lo lloran los órganos” y tenía toda la
razón. Las lágrimas que no salen de tus ojos, deben salir por algún lado.
A veces es difícil tomar decisiones cuando te encuentras en un bucle, por
ello la salud te sorprende con avisos. Yo no hacía caso de esos pequeños
avisos, ya que intentaba ser “superwoman” y los superhéroes sólo existen en la
ficción.
Ahora que ha pasado un año, ya que fue el 1 de junio cuando tuve el ataque
de pánico que me llevó a estar echada en un sofá sin apenas poder hablar y sólo
querer dormir y estar sola el mayor tiempo posible, doy gracias a ese mal
momento que me hizo tomar decisiones y reflexionar y pensar de una vez quien
era yo, qué era lo que realmente quería y no vivir por y para los demás
exclusivamente, sino compaginar lo que yo quería con lo que puedo dar a los
demás. Si tú no estás bien contigo mismo, tampoco puedes ayudar a los demás.
Mi pasión son las personas, ayudar, empatizar, pero este año he tenido que
hacer un gran ejercicio personal para ayudarme a mí misma. Y esto me ha
supuesto pasar por expulsar todo lo que me hacía daño y lo he hecho físicamente
a través de una neumonía y un pequeño cáncer de piel que tiene cura, pero que
no deja que tenga que ser tratado.
En estos momentos me siento tranquila, con un trabajo en el que me siento
cómoda y valorada, con una hija a punto de empezar una carrera universitaria y la otra
siguiendo sus pasos, con las que he tenido muchas conversaciones durante este
tiempo y han sido mi gran apoyo, un compañero que siempre está, y mi tribu
familiar y de amigos que me han respetado mis tiempos y rarezas durante todo
este período, pero que no me han dejado sola un solo instante.
Muchas personas han notado que no escribía y me han pedido que lo hiciera,
a veces no sé hasta qué punto contar mi vida en pequeños artículos es positivo,
ya que soy una persona normal y corriente a la que le pasa lo mismo que a
muchas otras, pero mucha gente de diferentes lugares me dicen que ver escrito
lo que ellos mismos pasan sin atreverse a contarlo, hace que se sientan
acompañados, y es algo que “ayuda”, como a mí me sirve de terapia escribirlo.
A mí particularmente algunas lecturas, canciones, documentales o
conversaciones me han servido para mejorar.
Dicen que la vida son pequeños momentos, distintos ciclos, que no hay mal
que cien años dure, que sólo se sabe lo fuerte que se es hasta que has tenido
que comprobarlo, y todo es porque antes que tú, y probablemente más adelante,
hay gente que pase por lo que tú has pasado. Lo realmente importante no es el
tiempo que pase entre crisis y crisis, sino saber aprovechar lo bueno que te
aporta cada caída para levantarte más fuerte, ser agradecido, rodearte de quien
te aporte energía positiva y escucharse a uno mismo.
Palma
de Mallorca, 25 de mayo de 2018
Iliana
Capllonch
https://www.youtube.com/watch?v=a0AXpnRbTNA
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