ESAS PEQUEÑAS COSAS
Hay placeres en la vida
que son totalmente gratuitos. Tenemos la gran suerte de poder vivir en un lugar
maravilloso como la isla de Mallorca y en mi caso el municipio de Pollença.
Poder ir a una playa al
atardecer, estar en contacto con la arena y adaptar tu cuerpo a los huecos de
la tierra y sentir la brisa marina en tu rostro mojado después de un baño en
las aguas verdes y azules, oír los pajaritos piar a tu lado y verlos comer las
migas de pan que han dejado algunos turistas después de comer un bocadillo en
la playa, oler a sal, tierra mojada, pinos, levantar la mirada y ver que estás
protegida por unas montañas que van cambiando de color a medida que se va
poniendo el sol, nadar en unas aguas limpias viendo los grises de las montañas y
los diferentes tonos de verde de los árboles, el azul del cielo o el amarillo
de la arena, no tiene precio. Si además tienes la compañía de los tuyos y de un
buen libro, y te puedes permitir ir sin reloj, te da energía y fuerza para
seguir el día a día con más alegría.
He pensado para esta
breve descripción, en la playa de Formentor, pero puede pasar lo mismo en Port
de Pollença o en Cala San Vicente, o Cala Bóquer, Cala Figuera, Cala Murta,
cualquier rincón de nuestro municipio que tiene la suerte de tener tanta
variedad y riqueza.
Conocer y valorar lo que
tenemos hace que tengamos un especial interés en cuidarlo porque pertenecemos a
ese lugar, nosotros estamos de paso en un lugar que ya nos han dejado nuestros
antecesores y que debemos cuidar para nuestras futuras generaciones. Debemos
disfrutar de nuestro paraíso de manera responsable.
A veces nos centramos en
reflexiones muy complejas, nos complicamos nuestro día a día con cosas que realmente
si nos paramos a pensar no son tan importantes y nos olvidamos de lo más
sencillo y de la esencia de la vida, envidiamos lo que no tenemos y a veces no valoramos lo que realmente tenemos
a nuestro alcance. Nos frustramos porque no podemos ir a otros lugares y ni
siquiera conocemos y cuidamos el que tenemos la suerte de tener.
A veces es necesario
pararse del acelerado ritmo de vida que nos hemos creado y preguntarnos cosas
muy esenciales como quienes somos, qué queremos, dónde estamos, hacia dónde vamos. Pararnos, pensar, respirar
y continuar. La vida es corta, el tiempo pasa deprisa y lo que no aprovechemos
hoy quizás mañana sea tarde. La felicidad son esas pequeñas cosas y esos
fantásticos instantes que nos brinda la naturaleza, de nosotros depende saberlo
aprovechar en positivo.
Port
de Pollença, 15 de octubre de 2015
Iliana
Capllonch Cerdà
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