LA ESCALERA

Hace unos años, una amiga muy especial, Antonia Borras, me propuso hacer una exposición con unos amigos pintores para recaudar fondos y visibilizar la asociación Abaimar que había creado con otra amiga para nuestras hijas. Estuvimos hablando y me propuso un tema:"La Escalera".
Llegué a casa pensando y de repente me senté en una mesa y escribí un texto relacionado con la escalera y las enfermedades raras que le entregué para que sirviera de inspiración a los pintores.

El sábado pasado, Aina Cifre Ochogavía, otra de las pintoras, me llamó para pedirme el texto para una opositora de educación para el trabajo de inclusión. Me hizo mucha ilusión pensar en los momentos vividos alrededor del proyecto "E6CALES" y que después de tantos años se acuerden de mi.

Hoy recupero las serigrafías de los seis pintores y el texto, y dos de los dibujos que más tarde regaló Antonia Borrás a mis hijas.
Gacias de nuevo Antònia Borrás, Aina Cifre Ochogavía, Miquel Àngel Albis, Jaume Poma, Galeries Vicenç por ese maravilloso proyecto.

LA ESCALERA

Cuando en nuestras familias nos diagnostican una enfermedad rara o minoritaria (a mí personalmente me gusta más este segundo término) es realmente como si nos cayéramos de lo más alto de una escalera. Nos sentimos profundamente abatidos. Nos sentimos tan mal, que en esos momentos consideramos realmente imposible poder volver a levantarnos. ¡El dolor es inmenso! Las lágrimas nos inundan el rostro y ni tan siquiera nos dejan ver la escalera desde la que hemos caído.

Con el tiempo, aunque el dolor continúa, las lágrimas se secan y empezamos a ver de nuevo la escalera. Al principio, la observamos con miedo, pero, después, poco a poco, nos atrevemos a acercarnos al primer escalón. Incluso, nos planteamos intentar subirlo. Y cogemos impulso y lo subimos. Y, a pesar de las dificultades, subimos incluso hasta el primer rellano. Eso sí, resulta muy cansado. Nos encontramos exhaustos, pero orgullosos de haberlo intentado y, aún más, de haberlo conseguido. Algo que a priori nadie pensaba posible.

Desde este primer rellano, donde nos hemos parado a descansar, vemos que hay todo un mundo maravilloso que antes se nos había pasado desapercibido y que ahora tenemos tiempo de saborear. Este mundo estaba presente anteriormente también, pero al subir rápidamente la escalera no habíamos sido realmente conscientes de su existencia. Ahora, empezamos incluso a pensar que tal vez la caída no haya sido totalmente en vano, que nos ha servido para darnos cuenta de que hay mucha gente y muchas cosas que merecen la pena ser vividas y que, al fin y al cabo, quizás no estemos tan mal.

Cuando nuevamente cogemos más fuerza, intentamos subir un poco más. Cuesta, ¡y mucho! Pero el camino que avanzamos dolorosamente nos ofrece tantos visos de un mundo mejor, tantas oportunidades nuevas, que hace que las dificultades no se vean como tales. Podemos, seguimos… Y en el siguiente rellano nos volvemos a sentar, a descansar y a contemplar otro espléndido paisaje. Y, de nuevo, conocemos gente maravillosa.

Quizás no vuelva a ser posible llegar de nuevo hasta arriba. Incluso es posible también que resbalemos y volvamos a caer unos cuantos peldaños, pero a pesar de que subamos con dificultad y de que retrocedamos en ocasiones algunos pasos, merece la pena no rendirse, seguir descubriendo nuevas cosas, explorar nuevos límites, encontrar personas dispuestas a hacernos el camino más agradable...

 Así, pasito a pasito.

 Port de Pollença, gener 2010
 Iliana Capllonch Cerdà


Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

XI Encuentro de Enfermedades Minoritarias y Discapacidad Menorca febrero 2024

UN COLEGIO OFICIAL O PROFESIONAL

GRATITUD